Aumentan los casos de ansiedad entre los profesores españoles por violencia escolar
- Las llamadas al servicio de apoyo del Defensor del Profesor bajan un 20% pero los casos que se registran tienen mayor gravedad
- El docente siente que ni los padres ni los alumnos valoran su trabajo.
Una profesora de Primaria de Castilla y León fue amenazada de muerte durante el curso pasado por el padre de uno de sus alumnos, al que inocentemente había agarrado del brazo para que se pusiera en la fila con los demás niños.
El padre se lo tomó mal, pensó que la maestra estaba maltratando al crío y soltó una amenaza que a la profesora se le quedó grabada de tal forma que su vida no volvió a ser la misma. Como se enteró de que ese individuo había estado en la cárcel durante varios años por una agresión anterior, no se atrevió a denunciarlo. La amenaza empezó a monopolizar su vida. No la dejaba en paz. Iba al cine y se acordaba de las palabras del progenitor, de sus ojos repletos de ira. Dejó de comer, dejó de dormir, dejó de mantener relaciones sexuales con su pareja...
Fue al médico y le diagnosticó ansiedad. Al final, estuvo de baja todo el curso.
Casos como estos se producen a menudo. El pasado curso, el servicio delDefensor del Profesor que gestiona el sindicato Anpe en todas las comunidades autónomas para apoyar a los docentes víctimas de violencia escolar registró un total de 1.631 docentes con ansiedad y 324 que tuvieron baja médica por su estado anímico.
La principal conclusión del informe anual que se ha presentado es que "hay menos llamadas que antes (un 20% menos que el año pasado), pero los casos que se registran tienen mayor gravedad", en palabras del presidente de Anpe, Nicolás Fernández Guisado.
Más casos de 'ciberacoso'
Bajan las agresiones de los alumnos a los profesores, pero aumentan los casos deciberacoso, las faltas de respeto de los estudiantes y los problemas para dar clase, así como las denuncias falsas, el acoso y las agresiones físicas de los progenitores.
Los casos de ansiedad docente, además, han subido. Hace cinco años suponían el 30% de todas las llamadas que recibía el Defensor del Profesor. En el curso 2012/2013 representaban el 50%. En 2013/2014 ascendieron al 57% y en 2014/2015 han supuesto ya el 61% de las de denuncias ¿Por qué?
Jesús Niño, coordinador del servicio del Defensor del Profesor, apunta en cierto modo a los recortes educativos que se han producido durante estos años de crisis: el aumento de la ratio de alumnos por aula, el incremento de horas lectivas, la reducción de los programas de atención a la diversidad han hecho que el profesorado español esté al límite. Muchos se plantean tirar la toalla.
Pero hay más causas. No hay una normativa de convivencia estatal -el Gobierno está preparándola- y los padres, que antes creían que los maestros eran "la gran autoridad", se organizan ahora en grupos de WhatsApp para ponerlos verdes.
"La ansiedad es la primera respuesta en un ámbito en el que estás siendo cuestionado", explica Jesús Niño. "El docente siente que ni los padres ni los alumnos ni los otros profesores valoran su trabajo".
Las soluciones son muchas, pero hay una que es fundamental: "Las familias tienen que hacer un esfuerzo para hablar muy bien de los docentes. El padre debe decirle a su hijo que tiene un buen profesor. Que lo haga, aunque sea de forma egoísta, porque, además, la atención del niño va a aumentar".