Los profesores que trabajan online tambien están expuestos al stress
06/10/2015. Según un artículo recién publicado por dos profesores de la UOC, el desarrollo de las TIC, la comunicación interpersonal y el intercambio de información han liberado de las limitaciones del tiempo y del espacio a muchos profesores que realizan su trabajo a través de Internet. Desde el punto de vista de la salud laboral, el trabajo virtual es considerado como una mejora del método de organización del trabajo, que favorece esta salud. Por otro lado, puede generar situaciones de riesgo a considerar, especialmente a nivel ergonómico así como una diversidad de factores de riesgo psicosocial importante.
En el ámbito psicosocial diversos informes indican que puede generar problemas derivados del aislamiento social, el número excesivo de horas de trabajo, la reducción del apoyo por parte de la organización, los obstáculos para supervisar/controlar este trabajo, etc. Además, en torno al ámbito del teletrabajo, se han detectado problemas específicos como el tecnoestrés, la tecnoansiedad, la tecnofatiga, la tecnoadicción, la nomofobia,… En un contexto general de uso creciente del teletrabajo por parte de empresas, administraciones y otras organizaciones, es necesario conocer no sólo los riesgos genéricos asociados al trabajo virtual, sino los que caracterizan a distintos colectivos profesionales.
En el caso concreto del profesorado universitario, los autores han realizado un estudio sobre los riesgos psicosociales del profesorado de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), sobre el que se avanzan algunos resultados a continuación.
La UOC es un caso de estudio interesante porque es una universidad totalmente online que tiene implementado un modelo organizacional para el profesorado basado en el teletrabajo, con porcentajes de virtualidad comprendida entre el 20 y el 80%. Las tareas asociadas al rol de profesor en una universidad online como la UOC se circunscriben en tres ámbitos de actuación: docencia, investigación y gestión. Estas tareas están claramente diferenciadas y requieren, a menudo, de entornos espaciales y temporales diferentes. Así, por ejemplo, la gestión puede verse facilitada por el entorno presencial, que proporciona coincidencia con otros compañeros, mientras que la lectura de bibliografía y el análisis de datos relacionados con la investigación precisan de un espacio aislado para una mayor concentración. A fin de obtener resultados que caractericen al profesorado universitario online, se sometió a encuesta a más de 250 profesores de diferentes áreas de conocimiento (psicología, derecho, economía, informática, etc.).
El cuestionario utilizado fue el ISTAS, método de evaluación del riesgo psicosocial. De forma complementaria, se realizaron cuatro focus group, agrupando a los participantes en función del porcentaje de teletrabajo que realizan.
De los diferentes ítems relacionados con la exposición al riesgo psicosocial que se han estudiado destacan los resultados obtenidos en cuanto a exigencias psicológicas y control del trabajo, dos factores en los que se ha observado un nivel de riesgo bajo, especialmente en comparación con otros colectivos docentes. Ello es debido, por un lado, a la falta de contacto directo con el alumnado y, por otro, a la posibilidad de organizar uno mismo su trabajo debido a que no es necesaria la coincidencia temporal y espacial, lo que a priori parece indicar que se favorece a la conciliación de la vida personal y profesional. No obstante, este punto que parece ser positivo contrasta con la peor valoración por parte de las profesoras al ítem de la doble presencia, lo que denota un cierto componente relacionado con el género y la mayor carga de trabajo familiar que las profesoras que teletrabajan parecen soportar.
De la información recabada en los focus group, las anteriores ideas se consolidan y aparecen otros aspectos a considerar. Por ejemplo, el hecho de poder realizar ciertas tareas que requieren de un mayor grado de concentración en un espacio propio y sin interferencias (lectura de artículos, análisis de datos, diseño de planes de aprendizaje, ...) es un factor muy positivo que incrementa la sensación de productividad.
No obstante, el no disponer de buenas herramientas TIC o de una buena conexión supone un problema adicional que puede desembocar en situaciones estresantes. La organización temporal también se considera un valor añadido que facilita el control del trabajo y permite favorecer el equilibrio trabajo-familia. Pese a ello, se detectan situaciones en que ha tenido un efecto contrario, dificultando las relaciones familiares, comportando un exceso de jornada laboral, u otras situaciones de riesgo poco frecuentes pero posibles como la perdida de socialización. A modo de conclusión final, cabe indicar que el teletrabajo ha venido para quedarse, que presenta ventajas claras en los actuales modelos de trabajo pero que ha de ser analizado e implementado de forma correcta y con los recursos necesarios.